¿De dónde vienen los gatos?

¿Alguna vez te preguntaste por los orígenes de tu mascota? En este artículo te contaremos la historia de los gatos, desde sus orígenes salvajes, hasta su llegada a nuestros hogares.

 
Para conocer cómo llegaron los gatos a nuestros hogares debemos hacer un viaje hacia millones de años al pasado, hasta encontrarnos con los ancestros más antiguos de los gatos: el Proailurus (antes de los gatos) que vivió hace 30 millones de años, y el Pseudailurus (pseudo gato), la especie que originó 3 importantes grupos de gatos: los extintos dientes de sable, los felinos, y los grandes gatos (o panterinos).

 
Los gatos domésticos que conocemos hoy en día son parte de la familia de los felinos. Se cree que su domesticación ocurrió en el antiguo Egipto hace más de 4000 años. Poco después del aparecimiento de la agricultura, las sociedades pudieron cosechar sus alimentos y almacenarlos, estos productos atrajeron a pequeños roedores y, pronto, a felinos en busca de sus presas.

 
Al inicio los gatos llegaron sin invitación, pero pronto los humanos se darían cuenta de los beneficios de tener un felino que cuidara sus cosechas de los roedores. Los granjeros egipcios atrajeron a los gatos hacia sus graneros con comida y pronto se iniciaría un proceso de convivencia que perduraría durante muchos años.

 
Con el tiempo, los gatos se convirtieron en seres sagrados por considerarse la representación de la diosa egipcia Baset. Hay registros del culto hacia los mininos de hace más de 3500 años. Se menciona que, siguiendo las tradiciones, Cleopatra recibió un gato al nacer para cuidar y servir durante toda su vida.

 
Durante mucho tiempo los gatos domésticos fueron un lujo exclusivo de los habitantes del río Nilo. Esto cambió hace 2500 años, cuando los felinos empezaron a viajar junto a comerciantes por las costas del Mediterráneo. Luego harían lo mismo en la ruta de la Seda que unió Europa y Asia.

 
Durante el periodo de colonización de América, los gatos recobraron su estatus de controladores de plagas de roedores y fueron necesarios en las embarcaciones que debían viajar al Nuevo Continente. En tierra firme fueron intercambiados con los lugareños y otros cuantos simplemente saltaron desde los barcos y se acostumbraron a su nueva casa.

 
En el siglo XIX había gatos en casi cualquier lugar donde existían personas. Las cualidades de los felinos empezaron a interesar a sus dueños en Europa y Estados Unidos, quienes se reunieron para discutir los rasgos gatunos. Se realizaron mezclas y se crearon nuevas razas que resaltaban uno u otro atributo. Los gatos se volvieron nuevamente un símbolo de lujo y su popularidad siguió creciendo hasta la actualidad.